Estos grandes mamíferos ya están amenazados por el cambio climático, los plásticos, la sobrepesca, el intenso tráfico marítimo, la contaminación de los mares y las prospecciones sísmicas para buscar petróleo.
Cazar ballenas con fines comerciales está prohibido desde hace 30 años. Volver a su caza es innecesario y peligroso para la especie.